Saturday, May 7, 2011

"SHAKTY", LA FUERZA ELEMENTAL FEMENINA


Toda mujer tiene el regalo de llevar consigo misma una energía elemental, un material fundamental en la construcción, y expresión de la vida; esta pulsación es llamada en sankrito “ Shakty”.

Ese impulso maternal que vemos en las niñas en el querer jugar con muñecas, cuidarlas, vestirlas y darle una nutrición emocional es una manifestación de esta energía elemental.

El querer embellecer nuestro medio ambiente, nuestros cuerpo y nuestras relaciones es también un impulso de “Shakty”.

El tener una capacidad de mantener 2 o 3 proyectos a la vez, es una capacidad que viene de “Shakty”.

El sacrificio que la madre tiene de quitarse el bocado de comida de su boca para darle a sus crías alimento es una característica de “Shakty”.

El querer mantener una exploración interna que obliga a relacionarse con el mundo interior es otra cualidad de “Shakty”.

Sin embargo esta energía no solo esta representada en la mujer sino en toda la creación. Parte de su expresión esta demostrada en una explosión de diversidad de vida. Las múltiples especies del planeta son una expresión de “Shakty”.  La tierra, montañas, aire y mares contiene y son “Shakty”.
“Shakty” tiene una inteligencia natural para mantener la creación en armonía y en constante evolución.

En cristianismo esta representada con la Virgen Maria, en sikhismo esta representada como Adi Shakty, en Hinduismo como la Madre Divina. En culturas primitivas esta anunciada como la Madre Tierra.

En cualquiera de los casos esta fuerza esta presente en nuestras vidas en cierto porcentaje. Esta energía esta dentro de nuestro cuerpo, es parte constituyente de nuestro DNA. En la mujer hay una mayor amplitud de expresión de esta fuerza la cual la hace sensible a las necesidades de otros, compasiva, comprensiva, fácil de perdonar, creativa, devota, artística, bella y sutil.

Estos son atributos que a veces la mujer juzga o siente que pierde fuerza si da una expresión total a estas tendencias.

Es irónico saber que es por medio de la activación de esta energía que adquirimos poder, fuerza y belleza. Es por medio de esta fuerza que el mundo es creado y mantenido. Es en esta expresión femenina  en la que el hombre encuentra refugio, nutrición e inspiración.

Es una fuerza que guía todo el planeta a renovarse, a crecer en belleza y armonía. Si cada mujer entendiera y activara esta fuerza dentro de ella, todas las células de su cuerpo son renovadas, todos los roles que ella haya tomado son dirigidos a la prosperidad, todas las relaciones estarían fundadas en el respeto y la comprensión.

Esta fuerza funciona de adentro hacia afuera. Viene del centro del Corazón y se dispersa en lo social. Si se expresa de una manera invertida solo crea superficialidad y confusión.

Todo lo que necesitamos hacer como mujer es relajarla.
Tenemos que liberarla de juicios, de expectativas y de contratos.

Ayer tuve la oportunidad de ver un documental sobre la Madre Teresa de Calcuta. Su vida y su obra es sin duda son una expresión pura del poder femenino. En un punto de su vida tuvo que soltar el juicio de ser parte de una orden de religiosas. Ella se preguntaba; porque no soy como otras hermanas? Porque quiero salir de las comodidades del convento e ir a los suburbios de Calcuta? Ese solo pensamiento la puso enfrente de sus propias expectativas, la invitó a revalidar el contrato que había hecho con la iglesia, y la obliga a transformar con el mayor cuidado y respeto el concepto social y religioso de la India y de Roma.

Una vez en Cusco, Peru, en una de mis conversaciones con un “shaman” inca, me explicaba el fundamento de las creencias incas basadas en la madre tierra como la donante de todos los beneficios y los “Apus” o espíritus que facilitan la expresión de la madre.

Cuando violamos o olvidamos este principio básico femenino, entramos a percibir la vida de una manera mas mental, mas fría, mas calculada. Esta posición induce al humano hacia la indiferencia enfrente del sufrimiento, enfrente de la belleza, enfrente de lo sutil, enfrente de lo invisible. Hay como resultado una congelación emocional, una introversión analítica y una separación con la realidad.

La ausencia de Shakty, crea violencia, competición y defensa sobre los intereses personales. Todo comienza a girar alrededor de un yo personal.
Lo mío, yo, y mis intereses, son los criterios que predominan en una persona sin Shakty.

En la presencia de esta fuerza primordial hay un participación de nosotros mismos con el mundo, una participación basada en la generosidad, en el interés de llevar bienestar a otros, y de presentarse ante los retos de la vida con paciencia, con seguridad y con determinación.

“Shakty no es solamente suave y receptiva, también cobija un estado de valor y de justicia. Esta forma esta presente cuando la madre siente en peligro a sus hijos y hace lo posible y lo imposible por defenderlos. Esta parte de Shakty cuando es activa es puro fuego, pura determinación, libre de miedos e inhibiciones.

Una vez en India fui testigo de una casa que se quemaba y dentro habia un niño. Cuando la madre se entero de la situación, salio de su trabajo, robo un auto, llego a la casa, mojo su ropa y entró en las llamas vivas a rescatar a su hijo. Este es un ejemplo del enfoque, determinación y valor de “Shakty”.

Tomar conciencia de los que tenemos y llevamos dentro si mismo es el primer paso hacia una transformación real. Cultivar lo que tenemos y lo que nos corresponde es un símbolo de responsabilidad, riqueza y respeto hacia la vida. Todo esta adentro, todo nace de adentro, todo vuelve al adentro.

Meditacion para exaltar la madre interior

Esta meditación es dulce y ofrece a la mente un abrazo tierno. como  el que la madre le da a sus hijos. Esta meditación nutre dentro de nosotros la fuerza “Shakty” . Le da una abertura al cuerpo y a la mente para calmarse y sentirse como en casa.
Esta meditación trabaja con la primera palabra que pronunciamos MA.

Como hacer la meditacion:
Siéntese cómodo con la espina dorsal derecha.
Ponga su mano izquierda en la mitad de pecho y encima de ella la mano derecha ( reverso para los hombres).

Inhale y cante 8 veces por respiración.
MAAAAA     MAAAA
MAAAAA     MAAAA
MAAAAA     MAAAA
MAAAAA     MAAAA

Continué por 3 a 11 minutos.

Como terminar la meditación.
Inhale profundamente, sostenga la respiración por un momento y exhale.
Repita esto 3 veces.

Deje que el sonido penetre todas células de su cuerpo.
Recuerde el primer momento que se dio cuenta que era una mujer. De todas las experiencias que esto la ha conllevado, y disperse sobre todos esos momentos afecto y aceptación.

Puede hacer esta meditación sobre un aspecto que quiera sanar. Simplemente ríndase al amor incondicional de la Madre Divina dentro de Ud.

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